Pronto tendremos la gran final manomanista de la que saldrá un campeón. En la pelea, Olaizola y Altuna. Un veterano cargado de gloria y títulos y un joven del que se espera gran historial. En el camino, se han quedado el resto de figuras pretendientes. Sin más. En el conjunto de los pasados campeonatos grandes, decepción en la zaga y ausencia de “segurolas” con esperanzas para ganar. Los cuadros de atrás desmerecen en la actualidad. Adelante se “pega” más que se “juega”.

La totalidad de figuras del toreo se han formado y han aprendido en las escuelas taurinas. Lo de capeas y tal es y fue una milonga. Solo enseñaron a regatear. No a torear. Ponen los necios de ejemplo a Andrés Vázquez, que aprendió a torear de chaval en la escuela madrileña de Vistalegre que dirigía Saleri II.

Los pelotaris se forman en la escuelas, torneos, campeonatos, competiciones... y luego en partidos programados en lo que se progresa o se queda en el olvido. Da alegría ver a tanto chaval jugando. No hace tanto, Matute III llegaba al Adarraga con grupos de escolares de la zona najerina que disfrutaban haciendo tres frontones de uno. El pelotari mantiene una escuela reglada y otras, o clubs, hay e numerosas localidades de La Rioja. Irán destacando chavales y algunos serán profesionales. Oportunidades de formarse tienen a granel.

Ya tenemos para soñar a Lerena, Pedro Ruiz, Zabala, Altuzarra... a punto de dar que hablar y entrenando con ilusión. Ser  buen pelotari es muy difícil. Ser un profesional destacado es casi imposible. Llegar a figura estelar es un milagro. Pero todo es posible trabajando de forma incansable...con ciertas cualidades.